Duendes y hadas habitaban todos juntos en el reino de Mundo Mágico, un
lugar donde la magia y la fantasía brotaban por todas partes.Un
día, a alguien se le ocurrió organizar una competición para ver quién
era mejor, si los duendes o las hadas. A todos les pareció una gran
idea, pero no se ponían de acuerdo en el tipo de competición que sería
más justo. Las hadas tenían alas, y eso era una gran ventaja si decidían
hacer una carrera. Después de mucho discutir, decidieron entre todos
que lo mejor sería hacer una carrera ciclista.
Duendes y hadas
empezaron a montar en bici durante varias horas al día. Tenían que
ponerse en forma para la carrera. El premio era increíble: el que ganara
gobernaría sobre Mundo Mágico para siempre.
La noticia de la
carrera ciclista de Mundo Mágico llegó a todos los rincones del reino.
Cuando las brujas se enteraron salieron de sus escondites en los que las
hadas las habían castigado a permanecer por sus fechorías. Gobernar
Mundo Mágico era algo por lo que merecía la pena arriesgarse a incumplir
el castigo que las hadas les habían impuesto.
Cuando los magos
descubrieron que las brujas habían reclamado su derecho a participar en
la carrera, ellos también decidieron asistir.
- Esas brujas jamás podrán con nosotros -decían los duendes-. Y si hacen trampa, serán descalificadas.
-
¿Qué se habrán creído esas? -decían las hadas-. Si apenas pueden
caminar sin bastón, ¿cómo pensarán hacer para montar en bicicleta?
Hadas
y duendes estaban muy confiados en que las brujas no tenían nada que
hacer, y siguieron con sus entrenamientos, sin prestar atención a lo que
ellas hacían.
Y llegó el día de la carrera. El juez dio el
pistoletazo de salida. El equipo de las hadas se colocó enseguida en
cabeza, pedaleando con furia. Los duendes pronto las alcanzaron, seguros
de que podían ganarles. Las brujas se quedaron detrás, pedaleando con
dificultad.
A dos vueltas del final, las brujas empezaron a
pedalear cada vez más y más deprisa. En media vuelta habían acortado la
distancia y casi habían alcanzado a duendes y hadas, que se disputaban
el primer puesto.
- ¡Tenemos que hacer algo! -dijo un duende.
-
¡Nos han engañado! -dijo un hada-. Nos han hecho pensar que estaban
débiles y ahora no tenemos nada que hacer. Estamos agotadas.
- ¡Nosotros también! -dijo otro duende-. ¡No podemos pedalear más rápido!
Entonces un hada tuvo una idea:
-
¿Y si nos juntamos en un mismo equipo y pedaleamos todos juntos? Entre
todos podemos plantarles cara. El más fuerte y rápido de los duendes y
la más fuerte y rápida de las hadas, que aceleren. Los demás crearemos
un pelotón lento y cerrado que impida pasar a las brujas pasar.
A
todos les pareció un idea excelente. Los más rápidos aceleraron,
mientras los demás empezaron a pedalear más despacio, formando un muro
de varias hileras por el que no había manera de pasar.
Y así fue
como hadas y duendes unieron sus fuerzas para evitar que las brujas
ganaran la carrera y se hicieran con el control de Mundo Mágico.
Pero,
¿entonces quién creéis que ganó la carrera? El duende y el hada que
salieron delante decidieron cruzar juntos la línea de meta, porque ganar
una carrera no hacía a unos mejores que a otros. Ya habían demostrado
que juntos podían solucionar grandes problemas.
bello..... y así será
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